Magnifica propiedad situada en la calle Roger de Llúria de Barcelona, en una finca novecentista, con servicio de conserjería, construida en 1.930 por el arquitecto Francesc Guàrdia i Vial, colaborador de Ramon Domenech i Muntaner en obras como el Palau de la Música Catalana.

A pocos metros de la Diagonal y del Paseo de Gracia, su ubicación nos permite disfrutar de las calles más emblemáticas del Eixample Barcelonés; cargadas de boutiques y restauración.

Se trata de un piso exterior pasante esquinero, que ocupa la totalidad de la planta principal del edificio. Está orientado al sur a la intersección de las calles Roger de Lluria y Provença, disfrutando del Sol durante todo el año, y al norte a una terraza que da a un tranquilo y cuidado patio de manzana luminoso.

Sus 585 m2 de superficie total, sus techos de más de 4 metros de altura así como la ornamentación y marquetería originales hacen de esta vivienda una pieza singular. Dispone de dos ascensores, el principal original con la caja de madera que da acceso a la puerta principal de la vivienda y un secundario con acceso directo a la zona de servicio.

Actualmente se compone de una gran zona noble de día y de diferentes estancias. Proponemos una cuidada restauración y reforma para adaptarlo a las necesidades y gustos del futuro propietario, las fotografias de la reforma las verán al final de la galería de fotos principales.

La fachada delantera está orientada al sur y dispone de una gran galería y ventanas con balcones a lo largo de la misma. Esta orientación aporta una gran iluminación a lo largo de todo el día en la zona noble de la vivienda.
Por otro lado, la fachada posterior se enfoca hacia un patio silencioso y amplio capaz de absorber luminosidad más que suficiente para los espacios situados en esta zona y donde encontramos un balcón y una amplia terraza.
Asimismo, todos aquellos espacios situados entre las dos fachadas quedan ventilados e iluminados por un total de cuatro amplios patios interiores. Tal y como acostumbra a pasar en edificios de este entorno protegido, es alrededor de dichos patios donde se concentran las zonas de aguas del edificio.
Esta pieza singular dispone de dos entradas independientes, originalmente una para el servicio con montacargas y otra para los propietarios.
La permeabilidad del edificio hacia la calle y los patios, y la generosidad de los espacios diáfanos permiten una gran variedad de distribuciones para llevar a cabo una reforma.

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